Durante años, el uso del protector solar se asoció exclusivamente al verano. Sin embargo, dermatólogos y expertos en belleza coinciden en que su aplicación debe ser constante durante todo el año, incluso en días nublados o en interiores.
Los rayos UVA y UVB atraviesan las nubes y ventanas, provocando envejecimiento prematuro y aumentando el riesgo de cáncer de piel. Por eso, la fotoprotección diaria es considerada la nueva regla de oro del skincare.
El mercado ha respondido con fórmulas más ligeras y multifuncionales, que no dejan residuo graso y combinan protección con ingredientes hidratantes o antioxidantes. Así, se integran fácilmente en cualquier rutina de belleza.
Además, su uso regular no solo protege la salud, también mejora la apariencia estética: previene manchas, arrugas y pérdida de elasticidad.
Hoy, el protector solar ya no es un accesorio estacional, sino un básico de autocuidado que garantiza belleza y bienestar a largo plazo.