Mirar las estrellas ha dejado de ser un pasatiempo olvidado para convertirse en tendencia nuevamente. Gracias a telescopios más accesibles y aplicaciones móviles que identifican planetas y constelaciones, la astronomía amateur gana adeptos en todo el mundo.
Observar el cielo no solo despierta la curiosidad científica, sino que también ayuda a poner en perspectiva los problemas diarios, generando una sensación de asombro y humildad frente al universo.
Muchos clubes de astronomía organizan encuentros abiertos al público, donde se comparten conocimientos y se promueve la educación científica.
Además, fenómenos como eclipses, lluvias de meteoros o alineaciones planetarias han captado la atención de nuevas generaciones en redes sociales.
Este renacer demuestra que, a pesar de la tecnología, seguimos siendo exploradores que levantan la vista al cielo en busca de respuestas.