Srinivasa Ramanujan es considerado uno de los genios matemáticos más extraordinarios del siglo XX, pero su historia continúa siendo poco conocida fuera del ámbito académico. Nacido en la India en 1887, desarrolló gran parte de sus teorías sin formación formal y utilizando cuadernos que hoy son analizados como verdaderas obras maestras de la creatividad numérica.
Su vida cambió cuando envió una carta con decenas de fórmulas al prestigioso matemático G.H. Hardy, en Cambridge. Hardy quedó impresionado por la originalidad de su trabajo y lo invitó a Inglaterra para colaborar. Este encuentro marcó uno de los periodos más productivos de la matemática moderna, dando origen a teorías que siguen vigentes en campos como la física y la computación.
Ramanujan trabajaba de manera intuitiva, guiado por una capacidad de reconocer patrones numéricos que otros matemáticos tardaban años en demostrar. Muchos de sus resultados solo fueron comprendidos por completo décadas después de su muerte. Sus cuadernos contienen miles de identidades y ecuaciones que aún generan publicaciones científicas.
Su estancia en Inglaterra, sin embargo, estuvo marcada por dificultades. El clima, la diferencia cultural y su estricta dieta vegetariana afectaron su salud. Pese a esto, continuó produciendo descubrimientos de enorme valor, incluyendo fórmulas relacionadas con los números primos y las funciones modulares.
Ramanujan regresó a la India gravemente enfermo y falleció con apenas 32 años. Su corta vida no impidió que dejara uno de los legados más impactantes en la historia de la matemática. Su figura ha inspirado libros, documentales y seminarios especializados.
Hoy, Ramanujan es celebrado como símbolo de creatividad científica pura. Su historia demuestra cómo el talento puede surgir en los contextos más inesperados y transformar para siempre el conocimiento humano.

